
Peter Parker intentaba subsistir vendiendo fotos del hombre araña al diario que más leía la gente. Ese director malhumorado y obsesionado por los resultados, que seguramente todos recordamos, intentaba pagar lo mínimo por esas imágenes, pero a la vez asegurarse de que le asegure que la tapa del día siguiente venda más.
Lo que conocimos en esta historia del comic tantas veces llevada al cine, refleja la realidad de hoy. Esta
nota de Ramón Salaverría parece demostrarlo.
Y al parecer las redes sociales son el nuevo termómetro, mas clics, trabajo asegurado.
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